Los grupos de bodegas tienen una presencia importante en los pueblos de la Alcarria. Estas se disponen en las laderas más o menos pronunciadas de los valles, aprovechando las líneas escalonadas del terreno. También aparecen en las laderas de los cerros y en los bordes de los pueblos, tallándose en roca arenisca.
Los cierres de las bodegas se realizan con puertas de madera, que disponen de huecos de ventilación, bien en su parte alta o en la totalidad de la organización. En el acceso es habitual que empleen arcos creados con dovelas de distinto tipo, desde piezas de sillería o lajas pétreas irregulares. También pueden incorporar pequeños edificios anejos, creando espacios anteriores o corrales-patios.
En el interior suele haber un jaraíz dispuesto con una pila aneja para su pisado, en un espacio anterior puede haber una construcción adosada al terreno natural, albergando parte de las tinajas. Lo más habitual es que la bodega esté totalmente conformada por una galería tallada en el terreno, la cual se va abriendo lateralmente en oquedades redondeadas para servir de alberque a las tinajas que guardan el valioso vino. Algunos pueblos con bodegas son: Torralba, Villaconejos de Trabaque, Albalate de las Nogueras, Cuevas de Velasco, Villar del Infantado, Valle de Altomira, Buendia y Villar de Domingo García.