PRIEGO

En la constelación de localidades alcarreñas, Priego brilla con luz propia. Situado en un enclave privilegiado, en la puerta misma de la Serranía, los bosques, los montes, los ríos, casi consiguen eclipsar a las obras del hombre.
Los orígenes históricos de Priego son inciertos, pues no existe un legado que permita remontarse más allá del S. XIII. Etimológicamente significa “Prior ego” (antes yo, yo primero) o “Prio ego” (yo rompo, aludiendo al Escabas que atraviesa la Sierra por el Estrecho de los Frailes). Priego fue ocupada por los cristianos cuando los árabes fueron replegándose en el S. XI. Fue su dueño Garci Gómez Carrillo, a quien el Rey concedió Priego y otros heredamientos del Obispado de Cuenca y Tierra de Molina. Enrique IV, concede el título de Conde de Priego a D. Diego Hurtado de Mendoza, casado con Dña. Teresa Carrillo, dando lugar al linaje de los “Carrillo Mendoza”. A partir de ese momento la historia de Priego está fuertemente vinculada a él, emparentando sus titulares con las más ilustres casas del reino. Del S. XVII en adelante, la influencia de los Condes fue disminuyendo, hasta que las cortes de Cádiz abolieron los señoríos jurisdiccionales en 1812. La Guerra de Independencia supuso la pérdida de gran parte del patrimonio histórico-artístico.